Se gesta a nivel mundial una nueva corriente de pensamiento en los gobiernos, en la sociedad y en el trabajo; comenzamos a poner más atención en el ser humano; el mundo está llegando a la conclusión de que todas las acciones que emprendamos tienen por finalidad el beneficio de la persona humana.
Actualmente, el desarrollo no se explica ni se entiende si no se incorpora al ser humano. El desarrollo tiene a la persona como su origen y destino. Además, existe más conciencia de que una sociedad que aspire a mayores logros tiene que fortalecer un sentido ético, sus valores, el respeto, la dignidad humana, la honestidad, la justicia, el orden, la tolerancia, la colaboración, el servicio y la convivencia.
Además, existe la convicción en los gobiernos, de ofrecer servicios de calidad y ser eficientes y eficaces y de establecer una relación gobierno-sociedad, cimentada en el respeto, la legalidad, la transparencia y la rendición de cuentas; y también en los gobiernos existe la idea de dar paso al liderazgo y al facultamiento que fomente la participación y el trabajo en equipo, dejando atrás esquemas tradicionales basados en la centralización y jerarquía, que inhiben la creatividad y la innovación.
Hoy se pondera una visión común: organización, sentido de pertenencia, compromiso y beneficios mutuos. El eje central de esta nueva tendencia es el Desarrollo Humano, que implica la mejora de la persona en un amplio sentido, en su formación profesional y técnica, en la seguridad social y en su calidad de vida.
Se busca integrar los objetivos de las organizaciones, el proyecto de vida del trabajador y de sus familias. Cada una de las partes necesita de las otras para desarrollarse; la organización y el centro de trabajo son responsabilidad de todos. El trabajador es reconocido como parte esencial, sin el cual no es posible lograr los propósitos.
El individuo debe ser capaz de incorporar y aportar, cada vez más, sus conocimientos a los procesos y participar en el análisis y solución de las áreas de oportunidad que afectan la calidad y la productividad dentro de las instituciones.
En este sentido, uno de los componentes clave en la organización naciente, es el Talento Humano, así como la contribución que efectúan los colaboradores de las instituciones a favor de los objetivos de la organización.
Así, el surgimiento del enfoque de competencias está relacionado plenamente con las estrategias de productividad, eficacia, eficiencia, congruencia y competitividad, dada la necesidad del logro de la calidad a partir del desarrollo de los seres humanos.
Las competencias laborales son un punto de encuentro entre los sectores educativo y productivo, por cuanto muestran qué se debe formar en los trabajadores y los desempeños que éstos deben alcanzar en el espacio laboral. El surgimiento de la gestión por competencia laboral en la empresa, en parte obedece a la necesidad de acortar la distancia entre esfuerzo de formación y resultado efectivo.
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